Empezando por el final la figura de Napoleón es fundamental para entender la Europa del siglo XIX y la actual. Bonaparte no fue solo un general que ganó batallas sino también un político que cambió el mapa de Europa y un legislador que puso las bases de un derecho civil común a todos los europeos. Las victorias militares del corso le permitieron transformar políticamente el mapa de Europa. Los territorios ocupados por las tropas napoleónicas (España, Portugal...) y los nuevos estados creados por sus victorias (Reino de Italia, Confederación de Rhin...) fueron administrados de acuerdo con las leyes francesas, y estas, a su vez, eran el resultado de las ideas revolucionarias originadas en la Ilustración: igualdad de todos ante la ley, igualdad ante los impuestos, igualdad en el acceso a los cargos públicos, libertad de religión... Durante unos diez años europeos de diferentes regiones vivieron bajo estas leyes y experimentaron sus ventajas frente a las del Antiguo Régimen. Por ello no es raro que los burgueses y campesinos de Europa, sabiendo las ventajas que podían conseguir, se unieron en las revoluciones de 1820, 1830, y 1848. Los cambios que realizó Napoleón hicieron que el nacionalismo dejara de ser un rasgo de la Revolución Francesa y se convirtiera en una característica europea.
Dentro de los estados creados por Bonaparte alemanes (Confederación del Rhin), italianos (Reino de Italia) y polacos (Gran Ducado de Varsovia) experimentaron la oparición de una identidad común que transcendía las fronteras de las monarquías absolutas previas. Este nacionalismo sería una ideología fundamental del siglo XIX pues daría lugar a la aparición de estados-nación como Italia y Alemania.
En otros países europeos como España y Rusia el nacionalismo sería una respuesta popular a la actitud depredadora del ejército francés que vivía del terreno.
Por último además de sembrar las ideas revolucionarias y fomentar los nacionalismos europeos los ejércitos de Napoleón difundieron avances técnicos y culturales que permitieron iniciar un proceso de homogeneización que favoreció la futura revolución industrial (exportación del sistema métrico decimal de pesos y medidas, afianzamiento del sistema bancario europeo...).
El gobierno de Napoleón
Este fue básicamente una dictadura militar que dependía del éxito para seguir existiendo. Prácticamente Bonaparte tuvo que convatir cada año de su reinado. Las sucesivas cualiciones antifrancesas eran derrotadas para volverse a formar en seguida con diferentes miembros más su único enemigo permanente, Gran Bretaña. La resistencia británica se basó en varios factores:
Su carácter insular unido a la superioridad de la Royal Navy.
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